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Mostrando entradas de junio, 2014

SOLICITO UN DERECHO.

Ese aliento que te susurra en mi cama, que me hace despertar, los gritos en la calle, el ya no puedo más. Que ensordece mis oídos y me hace muda, porque mis sueños me han despertado, porque ellos no pueden más, verme gritar. Y ese mapa, que se acongoja al verme abrir los ojos, que espera mi lamento cuando me ve despertar. Sin sentido, sonámbula escribo para no hacerme esperar, no me importa si es tinta ó lápiz, porque mi montón de papeles se acuerda cada día de mi, mis dedos me hieren sino saco a relucir lo que ve mi sonrisa escondida, y me siento, y un café tengo de amigo en esta temprana tertulia. No hay derecho el no escuchar más de lo que uno realmente quiere. La escarcha, sujetada aún por la sombra de la aurora, envenena al sol caliente de quien vienen a juzgar. ¿Quién espera ser juez, o quién espera que le juzguen? Si en bares llenos de mugre, escribían la palabra libertad. Con servilletas de papel se divertían y creaban paisaje

AMORES EN BANCARROTA

Son los ojos, de él, que no me dejan ver. Las ganas de vivir que no me dejan dormir. El despertar de una ilusión, que no le veo el fin. Cuando me dices, bajito, ¿que será de mi? Yo te susurro a tu "laito" niño, ve sin mi. Porque sabes volar, tu me enseñaste a valorar a aquel que sus alas tiene rotas a aquel que sufrió su derrota. ¡Dame una razón para no llorar! Dime al oído que no sufrirás más. Esta pena que me lleva a ti esta pena que quiero ponerle fin. Fin para no ser de ti, esclava de tu latir que no late ahora más que late por sobrevivir. Dame una mano, dame tus manos, y déjame que guíe. Déjame que sea yo, que bien se de ti, tu apoyo, tu amiga, tu aliento para vivir. Patricia López Castillo.

EL AMOR SE VISTE DE SEXO.

Sólo hizo falta un leve cruce de miradas. Casi escaso e insuficiente para que sus ojos, negro azabache, se clavasen en su espalda y atravesaran, sin más, el excitado corazón de ella. Bajo aquellos focos de colores desalentando la noche, ya tocaba hacer presa a alguna chica inocente. El vaivén de aquella música estimulaba sus caderas, provocando el ritmo en sus manos desnudas. Al compás, ella se movía y se deleitaba cantando casi a gritos aquella canción. Una canción ensordecida por aquella joven hipnótica. Lejana, ardiente. Pidiendo consuelo en su cintura; alegre, risueña, perdida en aquellas ganas locas de bailar con alguien. Con aquella   kizomba   que sonaba de fondo. Y cuerpo a cuerpo, ella imaginaba. <<Me lo dijo su mirada>> Dejaba atrás cualquier problema. Huía de ella misma si así lo quería. Dejaba la mente en blanco, siempre, cuando bailaba. Su sonrisa tan admirada por las luces de aquel antro, con aquella copa que sostenía, donde no tuvo más remedio qu

LÍDER, PRINCESA y NOBLE

Ocurrió aquella noche. Aquella noche en la que su historia lidiaba una sonrisa por la agonía de aquel lúgubre pasaje de su vida. Se sentía afligida bajo aquel penar que su impaciencia quebró y fue dejando huir las mil y una preguntas río abajo, turbado y sangriento, tapando su mirada, ya perdida desde hacía unos meses. Algo que ni siquiera ella se planteó perder, algo que Raísa no hallaría respuesta atrapaba en su propio encuentro. Aquellas palabras se ocultaron en su memoria, encerradas en aquel encuentro sin salida. Raísa acababa de ver cómo sus entrañas se envenenaban lentamente al oír aquellas palabras que le crearon tanta inseguridad. Aún veía cómo le salía espuma de la boca a aquella anciana sin nombre. Aún recuerda el miedo que su cuerpo sintió, quedando petrificado en aquel cuchitril donde su pasión, ya no podría fundirse entre la aversión de tanta frialdad. El miedo la hizo correr no más allá de aquella puerta que la encerraba. El miedo la deslizaba de una habitación a otra

ÁNGEL NEGRO

Si fuera mi cara La que se tiñe de paja. Si fueran mis labios Los que tiemblan de miedo. Si fueran mis ojos, Los que se cubren sin dueño. Si fueran mis dedos Los que ya no sintieran… …Sólo diría Adiós… O un simple hasta luego A mis días de haber sido. Con una mano, Alzaría mi despedida. Y con la otra mano, ella, me llevaría hasta el fin de mi dolor. Patricia López Castillo

AL SON DE LA LUNA

¡Desmiéntete alucinación! Amor de contrabando, Huye de cada noche En la que sueñas despertar. Eres amada, lejana, Haces brillar el sol Y ese rincón olvidado… … Haces temblar. Tus zapatos bailan, Al son del taconeo, Chocan con mi pupila, Profunda, latente… ¿Qué delirio pierde  un juicio por la piel? Ahora, pregunto, Tú callas… Ahora, el silencio, Nos da la respuesta.   Patricia López Castillo.

IMPUESTA MUJER.

De niña, te quisieron hacer una formal mujer. En las cocinas de juguete lucirás a un marido que vendrá. Al nacer y en tu infancia El corazón te pertenece. Chiquilla que juegas al amor No despliegues tus alas y sé fuerte. Y si… Sin decidir  actuaras... Y si… esclava de sus placeres eres... Experimenta la lejanía Que un día, te rebelaron quien eres. Con un velo, inocente, serás candente en tus alas, inocencia que de un latir retumba admirada paloma. Será la vida que alumbrarás, Que enlazarás a tu edad, Un alivio de viveza En un camino sin más. Y si de arrugas se nutre tu alma, ¿Belleza en ti encontrará? Huye, no seas signo, Para marcar su virilidad. La cúspide de tu cuerpo Será imposible de curar, Encerrada con el viento que tus canas llevará. En la senda de tu rutina Está la conquista de tu vida, ¡No mueras por despertar! ¡Muere por escapar! Sube por tu escalera, ¡Aún te espera! Y tus pasos dejarán

COMPARSA DE UN POETA RESENTIDO

                                      Viento, que respiras su amor. Que rozas su mano con descaro, y ardiendo en su pasión soplas  riñendo  tu brisa cuando a ti se acerca lentamente...                                       ¿Qué remedio te queda sino esperar y mirar hacia a un lado, tímido y sin despertar, soñando nada más? Y son sus ojos que relucen en ti. Luces que brillan en ese antro, de dos miradas que a comparsa van. Presumiendo de su vuelo Exaltan el corazón de un poeta aniquilado por las ganas de no rendirse en tu boca.                                       Son las palabras de un trovador bailando al son de un poema,  De tu brisa y su mirada con esa letra infinita,  con esa mirada de niño                                       Que ha perdido en el desierto y has dejado que su boca, sea presa de ese momento, de sequía creado por ti como un ciclón enamorado.                                      Es fuerte el latir que hay en tu pecho

BRINDIS A JUAN CARLOS I

Y partió en un mes de junio. Inolvidables elecciones europeas y otros ladeos; dimisiones dimensionadas por gobernantes. Aplastantes comentarios y otros museos de desfalco e indulgencia cualesquiera que sean dichosos en los que confiamos.¡Perdeos! Para traer palabras grasientas evitamos creer. Ni siquiera, lavando sus manos pudimos ver. Y el pueblo permite, como pueblo que perdona, como pueblo que pide, la salvación de su ser. Y pueblo somos todos. Y seremos todos. Aquellos que de una generación venidera vienen para enseñarnos una nación con modos... ... Modos de ser modelo, creado y arrumbado por algo que un día prometieron. Periodos de experimento, de callar y de lamento barrido por el silencio; siempre escondido movimiento. ¡Oh! Rey, que elefantes vas a cazar cuando de la miseria no nos puedes sacar. Que pides perdón y con tu inteligencia nos haces llorar, De nuevo, para quedar como un verdadero Rey. ¡Oh!Rey, con admiración, los