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Mostrando entradas de 2014

....................Pensarás si soy yo....................

Mueren las mariposas, Dentro de un corazón, Espinado en esperanza Y malherida pasión. Penas en madrugada Llanto, lágrimas y sudor, Un amor se te escapa, -Pensaré si soy yo- (Patricia López).

Carmín y Algodones Rojos

Con esta pintura por destapar, que tapa mis heridas de corazón abierto y cicatrices que ya no van por dentro. Bajo esta lluvia, boquiabierta, se ensucia mi rostro que oculta las arrugas, hendidas y encorvadas, Con un rímel que las talla, señalando a una, el  juicio de tus labios que me recuerda a mi espejo; Besado y manchado de carmín, recordando los besos bandidos que se quedaron en restos al caer la noche y volver. Volver, regresar, huir de la gente que se embriaga para encontrar el amor en una copa vacía de recuerdos  a la mañana siguiente. Y vuelvo para salir de un suicidio de voces, de humos que forman palabras y nubes de hielo y bailes al retortero que sacian la soledad. Y me miro, y el túnel de tus ojos se encierra en un algodón con tónico, (Y pensar que mis poros respiran de nuevo). Y saber, que volví a casa buscándome con un día que se va y una noche que me llamó para hacer de estos versos, mi propio maquillaje.  “Dedicado a todas

A la espera de un verso

¿Qué es la paciencia? ¿Sapiencia? Ilustres gotas de tinta que resbalan por nuestros dedos, cuando ya está todo en silencio, y la pluma se quedó a esperar su próximo tintero.

Alhajas y una Caja

Pino, joyas y un destino: -Quemaron su piel. Ella nunca se curará, Tiene tanta vanidad…- Le dijo a su hijo al nacer. Y murió por dentro, adentrándose en un lamento, Como se queja el viento, cuando me despierto. Requerimientos extremos, al compás del tiempo, Al medir unas horas, que con dinero no entiendo. ¿Tengo la culpa de verte ahora así? Tus miedos llenaron tus arcas, tus ropas ahora son lujos, Armani, Vuitton y qué decir de Chanel, llenas de riqueza, tu corazón, ¡Mírate! Con una insignia y con un perfume, Que ni siquiera te luce, pues tu olor es más dulce Que las cuentas del Sabadell, Y que pagas con la tarjeta, comidas con Santader, Un crucero reservaste, con esa tarjeta negra ¡No entiendo muy bien porqué! Y ahora, mis cuentas me cuentan Que en números rojos están, como estos labios que te dicen ¡Tía, vas de “sobrá”! Y  me cuentas y me dices con esas voces me induces  A una ostia bien dada, con

Bajo la escalera

   A cada ruido le palpitaba más el corazón. Acababa de despertar en aquel lugar frío y oscuro. Tenía las manos atadas con una cuerda que le rodeaba las muñecas y unía sus tobillos a éstas. Un tormento desolador le arrebataba cada lágrima a cada pregunta que se hacía: -¿Por qué estoy aquí? ¿Quién me ha traído? ¿Por qué no recuerdo nada?- Por qué, por qué   y más preguntas taladraban su silencio bajo aquella mordaza pegada a su boca mientras arañaba el suelo, impotente y sus uñas rechinaban en aquel suelo de mármol. Una y otra vez intentó levantarse. Una y otra vez escuchaba en su interior sus gritos mudos. Empezó a revolcarse por el suelo, a dar vueltas sobre sí misma, pero no había manera de soltarse. Estaba como un perro atada a su cadena esperando que volviera su dueño, esta vez, sin agua, sin comida y con bozal. Sonó un timbre. –Estoy en una casa- pensó .    Auxilio decía entre dientes sin que nadie pudiera escucharla. Volvió a sonar el timbre con más fuerza que antes. In

Yo te propongo

Yo te propongo, mirarte: Hacer de ti, tu espejo. Yo te propongo tu sonrisa: cautivar cualquier alma que sepa estar cerca de ti. Yo te propongo, tu propio camino anclado en los vendajes de tu piel. Yo te propongo tu mirada: un eclipse sin final, un amanecer sin promesas, un d í a sin culparse por algo que olvidaste, por algo que olvidé. Yo te propongo: no mirar al pasado, ni hacerme mirar al m í o; ¡Ni siquiera saber porque este latir me funde a m í y a ti! Yo te propongo... T ú me propones... El tiempo que se escurre entre silencios, hacerlo re í r. Yo te propongo... que tus palabras... que las m í as... Yo te propongo que nosotros... Yo te propongo... Una condena: ¡Vivir! " Por esos días en los que uno no piensa y parece que piensa demasiado sin pensarlo" Autora: Patricia López Castillo.

La puerta de Baeza

Su insignia le detiene El tiempo en su reflejo. ¡Qué silencio me hiciste pasar! Horas y horas sentadas, en su banco, Tú y yo, soledad. El surco de mis cejas Simula un cuento al azar; Ruinas e historia Resucitan su suerte, La haces tuya a sus pasos Y a los míos te encuentro, Descubro sus huellas Y mi regreso invento. Su perfume lo arrastra el viento. Las hojas secas lo mecen. El agua llora acicalando La fuente de sus labios Condenados a ser manantial Que sustenta las calles Por dónde he de pisar. Y vuelvo a ti, ahora, En compañía de sus palabras, Sobre tu puerta; su castigo, sus guerras, sus jergas, Ojeando la entrada del dolor, Trazando en su muralla un suspiro que amó. "Dedicado a ese espacio que compartimos juntos, tu mirada, mi sonrisa, la puerta de tu corazón y la ventana de una caricia"  Autora:  Patricia López Castillo.

¿Se reinventa el saber?

Mundo de locos; al cual todos miran y todos temen en sus arrugas. ¿Escuchas? Ya vienen ¿Quiénes son? Los poetas desnudos, Juntos, al azar... (Patricia López).

Haiku-Caracoleando

"Es tu olor mojado el terreno seco de un caracol". (Patricia López).

Tan, tan pronto.

Tan pronto como el tiempo te lo permita. Tan pronto como tú le permitas al tiempo. Tan pronto como deshacerte de tus mentiras. Tan pronto como desistas de tus raíces. Tan temprano llegará la muerte a verte, sin ni siquiera saber si equivocarte fue lo mejor... ...Tan pronto, morirás por dentro... ...Tan temprano en tu dolor. (Patricia López).

SILENCIO

Hoy soy capaz de arañar el tiempo y esculpir en su boca este amor con un verso. Llevarlo sólo cuando te veo, llevarlo conmigo, para que el universo caótico de tu sonrisa, caiga en silencio, en suspiro, en lluvia visceral por mi vientre alocado, por esos labios que me venden a una sola razón; La aguja que marca el reloj se ha roto en los minutos y sólo quedan los segundos, lentos, deliciosos y ruines...                                     ...Silencio.... Quédate conmigo...                                           ....otra noche más...

MI NOMBRE

Se  te olvidó mi nombre. Se te olvidó mi nombre bajo las teclas, bajo los dedos, bajo la dermis, bajo la epidermis, en la sangre, la carne, bajo los huesos. Se te olvidó mi nombre en cada partitura, En tu huella, en tu ternura, En tu gemido, en tu presencia. Te olvidaste de tu nombre, De tu apellido, de tus alas; Ancladas, desencantadas, recluidas, Cavadas como si ya estuvieras muerto. Se te olvidó volar, sin tocar tu pieza favorita. Se te olvidó el anochecer, El encanto se te olvidó al ducharte, en la toalla, pisada por alguien. Se te olvidó el camino, la acera, el acerado, Las piedras que hay debajo, El manto de versos que vas pisando. Se te olvido mi nombre oculto en tu silla, en el silencio, en mis lágrimas, en la realidad, en tus palabras. Se te olvidó tu nombre, se te olvidó mi nombre; Amantes, bohemios, desamparados, veraces. Y entre mis tripas y tus dedos Encuentro tras encuentro, Se te olvidó mi nombre conmigo; La s

UN BESO EN EL AIRE...

Percibí enhebrarse las sílabas, los versos hilvanarse con una pieza de cebada, y un quinto piso por abrir. Me suicidé consumando los pasos al pasar por el llanto. Velé por ese velo pintado, violento y sumiso. Miré por los ribetes de sus ojos, Encrespados, encriptados y vidriosos. Me oculté escaleras arriba, Y por doquier,  rodaron, Dejando ocultos los besos En las aceras de sus zapatos. Testigo del suspiro que los unió fui, Sólo una vez les vi subir; En un tropiezo,  callaron sus labios, Rodaron por los peldaños Que el viento dejó ocultos, Y en aquella escalera, Con un beso en el aire, Se bebieron las nubes Los recuerdos y la noche, Con aquel beso en el aire. Derechos reservados de la autora: Patricia López Castillo.

CORAZÓN DE HUEVOS ROTOS

Si me olvido de escribir, De que mis palabras son para ti,                                                (Y me obligo a comerme Un huevo crudo, con atún) Si me olvido de echar aceite a la sartén, Cuando ya el fuego la calienta.      (Agua que se mezcló con aceite, Cuando el fuego aún no estaba caliente) Si me olvido de remover los huevos, De no echarle sal, ¡que insípida vida!                                                (Si me olvido de ti, no es porque yo quiera, Sino porque tú te olvidaste de mí) Y esa tapadera, que me cubre de salpicaduras, Que si al descubierto queda, ¡saltan!      (Me queman, y me ensucia la vitrocerámica) Y esas manchas que quedan, Que por más que uno limpie, siguen siendo manchas.                                              (Manchas, manchas, manchas, Imborrables manchas…) Y esa paleta de madera, arrugada por el tiempo, Por las miles de comidas que ya ha hecho.      (D

TU SANGRE, MI VOZ.

¿Morirá mi voz sofocada? Mis ojos en un abismo Caerán sobre ti mismo. ¿Provocaré mi voz en tu silencio? Mis manos trazarán Un poema reclutado y mísero. Y entre noticias y bombardeos, Leyes secas y tiroteos, escucharemos juntos Ese verso, que un día conoció; Guerras y hambre, Muerte por Paz, Envidia y soledad en guerra por la mar, avistando una tierra ensangrentada. Un dolor que resucitó un ancla dormida y una bandera, nación, y un barco vencido, poeta, Que jamás quizás, nadie venció.

NATIVIDAD

Esencia de un cuento. Nombre ardiente, nacimiento, libertad donde posan tus alas, frescura que lleva el viento. Abriste tu ventana, a los ojos que hoy te aman, la amistad que nos une, tu sonrisa, tu mejor gala. Azabache tus cabellos, fuego son tus labios, por tus venas, la verdad de un coraz ó n sin maldad. Amanece con tu alegr í a, Sorbo a sorbo, tu jerarqu í a, Protectora de lo que crece, Tu mano tiendes, amiga m í a. La noche toma tu risa, Contigo siempre compartir í a, Ese silencio que escribo Abordando valent í a. Cantando por lo bajito Volver a casa ser í a Un recuerdo, chiquilla, Un recuerdo infinito. M á s all á me los invento, Ojos profundos, viento, Descubrimos este mundo Juntas en cada momento. Y aunque enemiga la distancia F í sica nos hace hermanas, Con nuestra sangre sellamos Incondicionales nuestras almas. T ú , ni ñ a siempre, cristalina y sonriente, te apasiona la vida, y a la vida

Y MIENTRAS TANTO AMANECE

La naturaleza calló en aquella alborada. El frío los hizo eternos. Enjuagados los recuerdos en sus dudas, se perdieron en el horizonte. Cansados sus ojos, de no apreciar más que lo que la punta de sus pies le permite, devoró en un instante sus sueños y los respiró profundamente hasta herir su soledad. Trasegó hasta verse envuelta en deseo, un deseo oportuno y embriagador que la liberaron de su manada de pensamientos incontrolados y que ahora, los estaba fulminando entre aquellas nubes pasajeras,  llevándoselos a dónde el viento aparece como la cuna que los adormece. Pidiendo a gritos la libertad, su temor fue desapareciendo y sus ansias de vivir la estremecieron, la hicieron vibrar entre sus dedos helados que empezaron a descongenlarse entre su sueño tan amargo y lleno de libertad. Sólo sus ojos, cerrados por el  vaivén de su sufrimiento pudieron sentir su cielo ardiendo. «Dedicado a esos labios que contienen un amanecer»

EL PAN ES PARA LOS RICOS

No hay más dolor que ver como tu alma se ennegrece con la codicia de otros. Es inexplicable como las fuerzas del mal, nos pueden envolver y taciturnos limpiar nuestra huella para que de verdad, algún día desaparezcamos para siempre. Los lamentos que hoy quiero plasmaros son tan sencillos como ver un niño en la calle gritando, <<mamá tengo hambre>> y su hermana, mayor que él, callándolo con un caramelo de los tantos que le doy cuando lo veo, y susurrándole, aguanta que quedan dos horas para la cena.... Y mientras escucho a la vecina vociferar su situación actual, quejarse porque sólo tiene una olla de garbanzos para hoy con un par de patatas y unos pocos pellejos que le han dado en el supermercado, para sacarle gusto a lo que ella llamará "puchero de garbanzos". En mi tierra cocido a secas.  Se queja de que son nueve para comer, incluyendo a las nueras, que comen unas veces en la casa de sus madres y otras en la de ella, que les han quitado la casa a dos de