La puerta de Baeza

Su insignia le detiene
El tiempo en su reflejo.
¡Qué silencio me hiciste pasar!
Horas y horas sentadas, en su banco,
Tú y yo, soledad.

El surco de mis cejas
Simula un cuento al azar;
Ruinas e historia
Resucitan su suerte,
La haces tuya a sus pasos
Y a los míos te encuentro,
Descubro sus huellas
Y mi regreso invento.

Su perfume lo arrastra el viento.
Las hojas secas lo mecen.
El agua llora acicalando
La fuente de sus labios
Condenados a ser manantial
Que sustenta las calles
Por dónde he de pisar.

Y vuelvo a ti, ahora,
En compañía de sus palabras,
Sobre tu puerta;
su castigo, sus guerras, sus jergas,
Ojeando la entrada del dolor,
Trazando en su muralla
un suspiro que amó.


"Dedicado a ese espacio que compartimos juntos, tu mirada, mi sonrisa, la puerta de tu corazón y la ventana de una caricia"  Autora: Patricia López Castillo.



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