#Día3: Ansiedad


Hola amiga:

    Anoche te escribí una carta. Siento que todas estamos ansiosas y esto ya no es cuestión de pandemia nada más. Cada día hacemos más cosas, parece y parece que la responsabilidad de ser independiente haya pasado a ser culpa.

    Con esto vengo hoy a decirte que necesitas un respiro. Por cierto, ¿qué tal te fue la sesión de relajación-meditación de ayer? ¿La leíste? Ponla en práctica, a mí me viene muy bien. Sino, busca en la post anterior, seguro que te ha llegado: a veces nos despistamos tanto que nos olvidamos de nosotras mismas y no encontramos ese momento.

    Vengo a comentarte sobre algo que quizás no te hayan informado mucho: la culpa. Creo que es hora de empezar a quitarte esas costras del pasado que te hacen daño y no dejan respirar tu piel. Y es que parece que te gusta ver esa "costrita", si no, parece que no has vivido una experiencia inolvidable. Creo que la mejor manera de que se vaya ya es dejar que sane la herida desde tu amor propio. ¿Lo has puesto a prueba? Bueno, si ya has empezado a meditar unos minutos al día, ya has empezado a quererte.

    En cuanto a la culpa que sientes, quiero que vayamos muchos años atrás: la herencia de una cultura patriarcal reforzada por el cristianismo ha influido en la cultura occidental a la discriminación de la mujer con respecto al hombre. También a sentirse más culpable que el hombre por el mero hecho de ser mujer (Clotilde Sarrió, Gestalt Valencia). ¿Cómo te quedas?

    Para ahondar bien en el camino necesitas empezar a aprender que tu vida tiene su propia existencia y que el pecado original no está en echar la culpa a Eva por comerse una manzana... La desobeciencia en esta historia la ejercieron ambos e impusieron en el ser humano el sufrimiento, la muerte y la culpa como incompresión y castigo perenne -a ver, señores, que estamos en el siglo XXI y que ya no me trago las calumnias de este tipo-.

    Entonces, ¿sigues dándote con el látigo por ser un ser hermoso emocionalmente testado, con ganas de vivir, capaz de dar la vida y que eres vida; o nos quedamos en el pasado eterno, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa...? ¿A qué tienes miedo? ¿A qué has tenido miedo? Porque esa ansiedad puede venir de muchos factores, entre ellos, la culpa. Creo que ya has empezado cuidándote con la relajación y la meditación. Siéntete. Date un capricho. ESCHÚCHATE. Tómate un baño con sales minerales y ponte música que te traiga felicidad y buenos recuerdos. No entres en la melacolía extrema ni pienses en qué fallaste. EMPIEZA por APRENDER de lo que sucedió y quédate con tu transformación. Que hayas querido comerte la manzana con esa INTENSIDAD y provocación natural (comerte el mundo) no te hace culpable de "he fallado".

    Sí, seamos sinceras entre tú y yo: si hemos causado error, hay aprendizaje. Solo eso. Y si esa ansiedad viene porque te has equivocado al elegir la manzana, tranquila, los manzanos echan frutas todos los años y aún puedes seguir eligiendo y hacerte el mejor zumo de tu vida.

    También te entiendo, puede que nos veamos solas en muchos momentos y tú que tienes una edad media, te preocupas. Y yo te digo: ¿para qué? ¿Para crearte más ansiedad? ¿Crees que mereces llorar o reír? La soledad solo es un camino hacia el éxito de autoconocerte.

    No necesitas a nadie que te suba para coger una manzana cuando tienes hambre. Te necesitas a ti: ese amor que hay dentro y que te niegas a creer. Hace poco leí que estamos acostumbradas al sufrimiento tanto que creemos que si se va y hacemos que desaparezca, desapareceremos. No amiga, no. Si ese sufrimiento se va, por mucho que ahora llores y te enojes y tengas los berrinches más grandes de tu vida, se irá. Y podrás respirar mejor.

    Suelta la culpa. Lo hiciste lo mejor que supiste. Ahora quiérete.

    Date un paseo y espero verte muy pronto para abrazarte.

Pronto volveré. ¿De qué quieres que hable? Quizás de ... ¿manzanas podridas? (jajaja)

Besos enredados. Patri ♥♥♥♥

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