Percibí enhebrarse las sílabas, los versos hilvanarse con una pieza de cebada, y un quinto piso por abrir. Me suicidé consumando los pasos al pasar por el llanto. Velé por ese velo pintado, violento y sumiso. Miré por los ribetes de sus ojos, Encrespados, encriptados y vidriosos. Me oculté escaleras arriba, Y por doquier, rodaron, Dejando ocultos los besos En las aceras de sus zapatos. Testigo del suspiro que los unió fui, Sólo una vez les vi subir; En un tropiezo, callaron sus labios, Rodaron por los peldaños Que el viento dejó ocultos, Y en aquella escalera, Con un beso en el aire, Se bebieron las nubes Los recuerdos y la noche, Con aquel beso en el aire. Derechos reservados de la autora: Patricia López Castillo.
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