TIERRA Y AGUA, TRÁGAME.
Sin mirarte. Aún a ciegas
Sabiendo lo imposible,
el regocijo de ese universo
te delata en suspiros.
Esos labios perdidos
Y abrumados en la mañana,
Que no es mía, y a la par
tuya.
¡Despierta!
En la cubierta de este cuarto
Un rayo de sol me ha
despertado,
Y hundido, tras ese fracaso
infinito.
Ahora son tus ojos y tus
manos.
¡Que te delata en suspiros!
¡Que abruman la mañana!
Con la brisa de otoño, en la
ventana,
en pleno verano, amanece tu
sentencia.
Y el algodón, se estremece.
Respira por mi, despiadado
Y sin darme aliento
En un invierno que no es mío.
Tan solo... ¿Un vaso de agua
quita la sed?
Tan sólo... ¿Un gemido hace
estremecer?
Y esas alas de hierro, que a
su pesar pesan,
y ese camino de balas que
perdieron su arma.
Son sus manos que recorren
Las curvas de un sueño sin
amo.
Feliz en su drama, sin
religión
Contemplando su mirada.
El rico olor a tierra mojada,
Que desata, que hambre da
Cuando aún las estrellas del
día
Puedo mirar.
Una caldera y un rico
Desayuno me espera.
Para siempre, mis pies se
descalzan
En el fuego infinito de tus
maneras.
Patricia López Castillo.
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