EL JUEGO DE NADIE

Amanece... En sus casas
aún existe el miedo
de no saber,
miedo de seguir perdiendo.

Nadie, presta su manos
y entre humos de reuniones,
prometen a las gentes
el ser nada para Nadie.

El día es gris. Y la mirada, agria,
dónde las palabras
dañan las manos ajenas
con monedas de carbón.

Fábrica de oro para el rico,
mina sin fondo para el pobre.
¿Cuánto más?
¿Cuántos más?

¿Cuántos días nos persigue
esa defendida injusticia?
Pones tú, pongo yo.
¿Saldremos de su juego? 

Patricia López Castillo.

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