FELIZ CUMPLEAÑOS
Un poco de teatro no nos viene mal. Espero que lo disfrutéis.
Llegaba
de la calle, abrió la puerta, soltó las llaves en la mesita de la entrada y
comenzó a buscarla, a llamarla: ¿Cata? ¿Catalina? ¡Cataaaaa!... (Horas antes,
en el trabajo, le llegó una carta de ella que decía: “Para que me recuerdes
siempre, perdóname).
-¡Qué pasa! Andrés, ¡qué es éste
escándalo!
-¿Cómo que escándalo? ¿Qué hacen todas estas
cajas en mitad del salón? (dijo haciéndose el desinteresado).
-No lo ves, o es que estás ciego,
recoger…
-¡Recoger el qué! -dijo mientras se
dirigía a la habitación de ambos-.
-Recoger mis cosas, está clarísimo,-le
decía mientras le seguía-.
-¿Cómo? ¿A dónde puñetas vas? -dijo
enfadado al ver la maleta encima de la cama-.
-No lo sé, pero me voy.
-Cata… ¿en que estás pensando? Sin decir
nada… no entiendo qué es lo que esta pasando.
-¿Acaso no entiendes ni una sola palabra
de la carta que te envié?
-¿Carta? ¿De qué me hablas ahora? –le
decía mientras se movía de un lado a otro de la habitación.
-Si, y no te hagas más el tonto conmigo.
-No, digo… sí, pero, ¿se puede saber
porqué recoges tus cosas? - dijo Andrés cerrándole la maleta para que no
metiera más cosas en ella- .
-Tú… ¡¿tú me
quieres abandonar?!
-¡Pero cómo voy a
querer hacer eso! ¿Dejarte y olvidarme de lo nuestro?
-¿Lo nuestro? ¿lo
nuestro…? Dijo ella con el puño cerrado y dándose golpecitos en el pecho.
-Ven, háblame…
-intentaba atraerla a ella-.
-¡Yo no tengo que
hablar nada con un marido como tú! – se apartó dando un salto para que no la
tocara-.
-Mujer… pero… -
dijo pausadamente al ver la reacción de su esposa-
-¡Ni peros ni
uvas! ¡La que me voy de la casa soy yo y no tú! –Gritó cerrando la maleta y bajándola al
suelo-.
-¿A qué viene todo este alboroto? No te
entiendo, a ver… (Intentó calmarla).
-¡Déjame! ¡Está clarísimo! No me tengo
que calmar, estoy bien.
-¿En serio crees que haré todo lo que me
dices en esa carta?
-Acaso… ¿no es así? –Dijo Cata con aire
de superioridad mientras le daba la espalda a su marido-.
-Cata… ¡esto no tiene ni pies ni cabeza!
No te basas en nada para hacerme creer…
-¡Hacerte creer qué! Bien sabes que la
vecina me lo ha contado todo.
-Que te ha contado ¿qué? ¡Tú estás loca!
-Si… Andresito, sabes como yo, que te vas
de viaje, y no sabes si volverás.
-¡Por dios mujer! ¡Me han ascendido! –Dijo
agitando las manos y tirándose de los pelos-.
-Ah… ¿de veras? ¡Y cuando pensabas
contármelo! ¿¡Cuándo pensabas decirme que te vas y que no sabes cuándo regresarás!?
¿Eh? –dijo entristecida y con las lágrimas saltadas-.
-No lo supe hasta hoy…
-¡Hasta hoy! Si, si, y yo me he caído de
un árbol…
-Basta ya, vuelve a meter tu ropa en el
armario y te lo cuento despacio.
-¡Ni pensarlo! Además, tengo más
información –cruzó los brazos y arrugó la arrugó los labios-.
-¡Más de que!
- Pues eso. Que no sabes si te marchas
con tu secretaria, ¿no? Y encima, que
vivirías el tiempo que fuese con ella de “negocios”, ¿verdad?
(Andrés la miraba perplejo, con los ojos
y la boca muy abiertos)
-Habla hijo, habla… Que más callado te
quedarás cuando tengas que firmar el divorcio…
-¡¡Yo a la vecina la mato!! La bruja ésta
se entera, ¡un comentario nada más y mira lo que ha liado! –Dijo decidido a
salir y llamar a la vecina-.
-¡Andrés! (Lo paró en seco agarrándole el
brazo) No… ¡no la metas a ella! (le dijo suavemente). Pero…. Claro, ahora
entiendo todo. Tú le comentas algo que no recuerdas muy bien, ella me suelta el
chisme, y ahora, no lleva la razón… ¡Típico de estas situaciones!
-¡Esa tía se entera! ¡La mato! Va a
hablar de su p… -dijo saliendo por la puerta enfurecido-.
Al
abrir quedó petrificado, una cámara, unas sonrisas, unos flash. Miró hacia
atrás y le dijo su mujer:
- ¡Inocente, inocente! Feliz cumpleaños
amor mío…
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